martes, 2 de septiembre de 2008

La verdad, cuando es verdad, siempre duele

Y él dijo, mientras dejaba tras de sí la puerta y la sombra del silencio: ¡Aprende a ser feliz!

1 Comment:

Anónimo said...

San, para ser féliz sólo quiérete como te mereces. Y fíate un poquito de nosotros, que si vemos tantas cosas increibles en tí será por algo :) Lo demás vendrá sólo.

Un besito para la pequeñez más grande.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito