jueves, 25 de diciembre de 2008

Equi- ¿Qué?


Más pequeña que nunca. Su alma reducida a una milésima de quark. Sus ojos, la parte más infinitamente minúscula de algo infinitamente minúsculo. "Todo me queda demasiado grande"- suspiraba mientras nadaba. Te quieros a ambos lados de la cuerda que necesitaba para salvarse, la misma que se enredaba a cada instante en los arrecifes de ganas que quedaban bajo su abdomen. Aún más abajo, fragmentos de los naufragios cargados de desaliento y desolación. El equilibrio vociferando en silencio desde el otro mundo del océano, mas ausentándose las burbujas vivarachas y propias de dicha actuación. Las corrientes migraron, guardándolo todo en sus maletas corroídas, emociones incluídas. Pero algo se les olvidó: los resquicios de la degradada sonrisa de Mona Lisa. Éstos, cubiertos de plancton a más no poder, bailaban al son de los peces en el agua con actitud pícara. Ella había de tratar de alcanzarlos todos y recomponer perfectamente esa sonrisa pasajera y engañosa, antes de que sus reservas respiratorias menguaran hasta desaparecer. Sólo así conseguiría preservar su entereza, gozando de la energía suficiente para proseguir aleteando. ¿Llegará algún día al lugar cuyas tierras la difundían señales insonoras?

miércoles, 24 de diciembre de 2008


Ahora huele a su persona.
Y ahora todo está disperso en el tiempo. Se desintegró el lazo que mantenía compacto todo lo que Él y Ella eran, y sólo es metralla. Una metralla cuyo destino está en lo más infinito, y que Ella tratará de atrapar con sus manos errantes para conservar al menos unas miguitas de aquello que fue.
Anoche contaron los cometas que la encontraron arrastrándose sobre la faz de la Tierra, buscando a tientas y ansiosa algo que no parecía encontrar. No se dio por vencida y continuó su búsqueda con la misma intensidad, mientras sus rodillas sangraban ya del roce con el suelo. Tras sucederse el saludo del quinto rayo enviado por el Sol al amanecer, la Luna, a punto de marcharse al nórdico, puso la mano sobre su hombro y le sugirió tenuemente que había de descansar y curarse los rasguños. Ella sintió un escalofrío al sentir ese susurro. Lentamente levantó la cabeza, deslumbrando a la Luna con el reflejo de aquellos rayos de la mañana desprendidos de su tez cansada. Tras un largo silencio de incertidumbre, Ella trató de despejar sus ojos a la vez que su pulso tamborileaba inconstante. Sin apenas abrir la boca trazó el motivo de su desvelo: buscaba un corazón. Ese rojo no era más que el suyo mismo, aunque se conformaba con encontrar algún pedazo de lo que fue antes de ponerse el Sol. La señora Catalina, no dejó de asombrarse en tanto que sentía su alma estrecharse. Antes de marchar, le hizo una promesa: toda la Vía Láctea se encargaría de encontrar aquello que Ella perdió, antes de la siguiente puesta de Sol. Pero no sólo éso. En el caso de que no fuesen capaces de hallar un sólo pedazo de su corazón, le sería otorgado uno hecho de polvo de estrellas. Y con esas palabras efímeramente esperanzadoras, la Luna partió.
Ella está sentada en el borde del tejado, con sus rodillas aún sangrantes y ofreciendo alojamiento a pequeñas golondrinas en sus ojeras. Se ha refugiado en el aroma de su persona, mas cada minuto que pasa es un escalofrío; cada hora supone un mayor oscurecimiento de sus labios, adquiriendo tonos cada vez más morados mientras sus dientes chocan a cada segundo. Se está poniendo el Sol, y la Luna aún no ha llegado.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Post-it's

Las ovejas. El lenguaje buase. Málaga. Renfe. El sushi. El teatro. Los pantalones de rayas. El Rast. La habitación del estudio. La indecisión. El Corte Inglés. Los besos de gnomo. Plaza Castilla. Oh Sole Mío. Los espaguetis Marco Polo. Las facturas de teléfono. La estación de Chamartín. El olor a babas. Las luchas mañaneras. Los bailes. El salmón. Faime. Los frutos secos. El llavero común. El cine en V.O. Los cierres de Pull. Los anacardos. Los retrasos. Los taxis iguales. Mi timidez. Tu graduación. El Mégane. La vida pequeña. La bola pequeña. Las camisetas blancas. 212. Tu sofá. Lucas. Las sudaderas de rayas. Las clases de conducir. Las cucharillas de la guantera. El hábito. Las relaCCiones. Las borracheras de ilUsion. El cerdipino. Nick Lachey. La paciencia. Here without You. Las caquitas de perro. Las palmeras de chocolate. Los jarrones de tu cuarto. Los pájaros mojados. Los paquitos. El Cookie Monster. La curva con túnel en la salida de Sinesio Delgado. La cama plegable. Los rodillazos en el culo. El abuso de manta. Tus vacunas de la alergia. Mis piedras en el riñón. Tus empachos a mayonesa. El abrazo de bebé. Los toques a las ocho menos veinte. La rutina. Las prisas. Los express. Los chupa-chups de fresa. El portátil que te debo. Los chistes de Luisón. Las sorpresas. El Zara de Orense. Los puntos negros. Coger prestados tus pantalones. Los yogures. El 147. El 27. La tarta Duom. Los derechos de imagen. Las fotos. Los besos de mariposa. Tus pestañas kilométricas. Las cosquillas. La boya. Los 30. Tus dientes de sierra. Mi asimetría. La graduación de Rocío. Häagen Dazs.
Tú. Yo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Good bye, Miss Medicine.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Embelesos

Con la mente como pétalos de margarita, en la nube de las mil maravillas y los infinitos sentimientos. Pegadas las pestañas, besándose unas a otras y fundidas en una sola hilera. Cayendo desde la eternidad hasta la ingravidez. Siéntelo.
Deja que entre en ti. Es ese aroma, que busca desesperado encontrar su sitio dentro de todo lo que eres, después de haber abandonado su idílico paraíso. Ese olor que rema a favor de tu respiración, entra por tu cuerpecito y se bifurca una vez dentro. Parte de la esencia fluye lentamente hacia tu cabeza y se hace notar allí, golpeando siempre dos veces en la puerta de tus ideas. El otro haz de esencia tiene un trayecto imperceptible, pues nadie sabe cuán veloz y ansioso desciende hacia el rincón más íntimo del alma. Vívelo.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Se terminó

- ¿Ya no hay más Sandra?

- Algo tiene que quedar. ¿No hay en la nevera?

- No, no hay nada.

- Mira a ver en la despensa. Creo que quedaba algo.

- No, ya he mirado. No queda.

- Sabía que iba a llegar el día en que se gastase.

- Bueno, no pasa nada. Me haré unos huevos.

domingo, 23 de noviembre de 2008

No sé nada. No sé ni siquiera si lo que siento ahora mismo es rabia, dolor o impotencia.
Si fuese por mis dedos, en esta entrada sólo podría leerse la palabra "JODER" infinitas veces en infinitas líneas.

Sé que es ciertísimo que somos puras pequeñeces en el mundo...pero de ahí a ser una millonésima parte de un punto y seguido, hay un trecho. Hoy mi cuerpo estaba allí, cumpliendo con lo prometido, pero yo andaba por ahí supeditada a la ingravidez de mi espacio mental; sintiéndome completamente fuera de lugar.

Mi espacio mental; el espacio. El espacio es un lugar donde nada y todo tienen cabida a la vez. Como parte del todo, estas en el espacio como tal; hay constancia de que estás ahí. Sin embargo, cuando se habla de la nada, se habla de lo insignificante que puedes llegar a ser en un espacio tan grande.

Hoy ha vuelto a pasar lo que pasa siempre. He salido de mi nave con mi ceñido traje de astronauta, marcando mi espantosa figura. Una vez en el exterior, me he elegido el movimiento del vaivén A, fruto de la ingravidez, para observar mi pequeña estrellita luminosa, que tanto me gusta tener cerca. Cuando al fín he conseguido ubicarla y después de un rato, he empezado a dejar de percibir el fulgor de mi astro. Sabía que era él quien me quitaba la vista, él; el de siempre. El brutal astronauta, enfundado en una gruesa indumentaria y una escafandra archiguay, ambos de borreguito, que le proporcionaban algo de calor en el frío lugar (mientras mis deditos de los pies me pedían de rodillas que volviese a la nave o morirían congelados), estaba ahí otra vez. Ahora bien, no andaba por esos lares campando a sus anchas ni siguiendo uno de los vaivenes espaciales infinitos, no; decidió que era el día del vaivén A. Así pues, otro día más me he quedado sin ver mi pequeña bombillita natural.



Espero que en mi próxima excursión al espacio, el vaivén del archiastronauta y el mío no sean el mismo, como lleva siendo desde hace un tiempo. Si no, tendré que escaparme cuando todas las naves estén en los garajes de los planetas, brindando un dulce sueño a todo el resto de astronautas, para salir y pasarme las horas muertas cegada por el brillo de esa estrella.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Soliloquio

- Buenas tardes, Soledad. Desde que te conozco no dejamos de encontrarnos. ¿Cómo va todo? Imagino que tan bien como siempre. He oído que a pesar de la crisis, aún conservas tu trabajo, y me alegro un montón. La verdad es que tu labor es realmente meritoria. Me quito el sombrero al ver cómo acompañas a la gente en su día a día, compartiéndolo todo, y durante largas temporadas.
El otro día me puse a recodar. Se me vino a la memoria lo mucho que te gustaba el mar, con su sal, su agua...Y cómo lo intentabas acercar siempre a quienes hacías compañía; ¡tanto, que hasta podías ver el agua y la sal en sus rostros!
¿Sigue llenándote de estupor que los que en ti confían no hagan otra cosa más que estar a tu lado? Era algo que antaño repetías continuamente, y no dejabas nunca de asombrarte por ello. Lo cierto es que debes ser una auténtica droga, para que la gente no haga otra cosa más que estar contigo...
Ay, Soledad...es sorprendente que a pesar de vivir casi en mundos diferentes nos encontremos tan frecuentemente, ¿no crees? ¡Si casi te veo más a ti que a mis vecinos de al lado! Pero bueno, oye, así no se me olvida nunca quién eres.
Pero, ¡qué diablos, Soledad! Creo que ha llegado el momento de empezar a contarte lo que relamente pienso de ti. Lamento cada mañana haberte invitado a tomar un café en mi casa aquel día. Desde entonces, no has hecho más que aparecer en mi vida, hablándome sin cese de tu amado mar y haciendo que hasta se derrame de mis ojos. ¿Ahora qué? ¡Ahora ya no hay vida! ¡Todos los peces que nadaban por mis tripas están en el suelo muertos! Ha llegado el día en que sólo soy la estúpida que pasa las tardes a tu lado mirándote y sin hablar, para ver si te irritas, te sientes ignorada y te marchas de una vez, cerrando mi puerta por fuera. No quiero verte más. Quiero dormir y amanecer al día siguiente con tu ausencia, dejando mi puerta cerrada a tus reclamaciones y silenciando mis oídos ante tus pasos. Deja que entre el Sol por mis ventanas; que circule el aire limpio por mi vida, y que pueda escuchar algún que otro "¿Qué tal estás?", que no proceda de tu boca embaucadora. Déjame intentar brillar. Aunque me digas que no puedo hacerlo y yo esté también segura de ello, ¡sólo quiero probarlo! Ansío ver lo que se siente en el intento. Píntame una sonrisa como la que tenía, antes de irte hoy. Es lo único que me hace falta para seguir adelante, y tú me la borraste siguiendo tu idea de que las sonrisas son sólo un conjunto de dientes, y no una expresión de optimismo y alegría.
Es todo, Soledad. Sabes que siempre intento ser sincera. Dime lo que piensas, pero no me hagas más daño, por favor.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Él, su persona y ella.

Ansío un beso de él.
Pero yo daría mi sangre por su persona.

Después de haber ingeniado un plan para acabar con la salida de mi cerebro por mis orejas, me he visto incapaz de cumplirlo. Descompuse mi alma en tres fuerzas: la suya, la mía y la de él, con el objetivo de que cada una tirase para su lado, pero he acabado igual que al principio; siendo regida por la resultante, otra vez.
Ayer empecé viéndolo todo más claro; sentí que su fuerza y la mía predominaban, comenzando a anular la fuerza de él. Pero el sentimiento se mantuvo hasta que cayó la noche, y después de ver Buscando a Nemo, decidí meterme en la cama, donde me tapé con mi nórdico hasta las orejas y dejando un huequecito para la nariz, como siempre. El hecho de no dormirme instantáneamente me sorprendió per se, aunque fue el sentimiento de querer un beso de él lo que me llevó a dar mil vueltas en la cama, cual péndulo de reloj cuyas agujas giran del revés y se enloquece.
-¿Por qué?- Me pregunté repetidamente. ¿Por qué tenía que sentir esa necesidad irrealizable, que no hacía más que desviarme del camino correcto, el cual ya estaba empezando a enfocar en el horizonte?
Las respuestas se ausentaron toda la noche, y de hecho, siguen sin aparecer. A veces pienso que es posible que estén escondidas, riéndose a carcajadas de mi inexperiencia, indecisión e inseguridad. Otras veces, que no aparecen porque no existen, estableciéndose como solución a los devaneos la mera degradación y putrefacción de las preguntas que me surgen.

Si es ésa la solución, será cuestión de tiempo el hecho de que desparezcan, aclarándose las aguas de mi mente, en las que a día de hoy, es imposible visualizar el fondo. Si no es así, acabaré incrementando mi ya existente locura exponencialmente, hasta alcanzar límites inexpresables.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La vida te da sorpresas

Todo lo que está sucediendo esta semana roza ya la incredulidad.
La situación de fondo es horrible, e incluso me ha hecho ausentarme de las clases...Pero la Melodía Infinita y las palabras de una Reportera increíble han rellenado mi bidón de felicidad hasta los topes. Estoy profundamente emocionada, e infinitamente agradecida.
Ésto está siendo algo muy importante para mí.

Gracias, otra vez.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Él es

Él es...especial.

Empieza siendo él mismo, afinado o desafinado, y acaba de la misma manera. Es como una camiseta sin estampar, que pega con todo y te hace sentir lleno el armario, aunque sólo cuelgue ella en el perchero. Es esa que cuando se te rompe o desgasta, te hace entristecer, porque aun siendo lisa, jamás volverás a encontrar una igual.

Siempre te va a sorprender y te va a alegrar el día. Cuando menos te lo esperes abrirá su boca y dejará volar el comentario, que por primera vez en las catorce horas que llevas despierta, consigue tersar tu ceño. Es la infusión, el candelabro y el gorrito con pompón de cada noche.

Persigue sus sueños inocentemente, con una red y como si fueran mariposas. No le importa si no puede llegar a ver aquella tan bonita que todo el mundo dice ver; él simplemente disfruta en el intento, y observa algunas que le llenan tanto o más de lo que lo haría la más bella.

Es un recurso infinito. Siempre tiene algo que regalar, y va a a tenerlo hasta el final. No te priva de nada, y se dobla siete veces con tal de poder ofrecerte una visita, una sonrisa o una palabra. Consigue arrancarte de cualquier mal, invitándote a llegar hasta donde él está esperándote, para que contemples el fuego de la hoguerita que ha preparado para ti.

Él es como la Luna. Un ser que te alumbra y te acompaña en cada noche, bellísimo, y que muy pocos tienen el placer de admirar su grandeza de cerca. Es una Luna, que pronto se rodeará de alguna estrella brillante, capaz de acceder a su lado oscuro, While his guitar gently weeps.

martes, 4 de noviembre de 2008

Se perdió el amor; se acabó la fiesta. Ya no anda el motor que empuja la Tierra. La vida es un chiste con triste final; el futuro no existe, pero yo le digo:

Todo me parece bonito.
Hay veces que es preciso engañarse para poder continuar, por mucho que te digan que no.

domingo, 26 de octubre de 2008

A la espera

Me gusta el olor a tierra mojada, y mojarme bajo la lluvia como si no tuviese nada que perder. Adoro ver Sexo en Nueva York, recién llegada de algún sitio, con el pijama recientemente puesto y sentadita en mi sofá sola en casa. También me gusta tumbarme en la cama al final del día, a la vez que exclamo: "Ah, ¡qué a gusto!". Justo después de éso, me tapo con mi nórdico. Hasta las orejas, dejando un huequecito para la nariz, como siempre. Pero no me gusta ésto.

Odio tener que soportar la presión todos los días; o te dejas los cuernos, o no estudiarás lo que quieres. Parece una estupidez, pero es verdaderamente frust
rante, especialmente si eres alguien mediocre, con unas limitaciones preestablecidas y a una distancia media del suelo. Ahora bien, ésto no es lo único. Lucha contra las tempestades del día a día; siempre surge algo imprevisible que te desmorona los esquemas, haciendo que tengas que elevar tu esfuerzo a la máxima potencia para poder lidiar con todo medianamente bien. Por si fuese poco, todo se complica cuando te encuentras escalando un Everest.

"Lo primero es reconocerlo", dicen. Yo lo reconozco, sin que me tengan que decir nada. Se podría decir que he alcanzado la cúspide de mi "montañita". Pero...¿quién dijo que fuera fácil bajar? En términos reales, cuando asciendes demasiado, has de tener el mismo cuidado al descender que al subir, debido a la diferencia de presiones y a la inusual cantidad de oxígeno disponible en las zonas más altas. Ésto, llevado a mi caso, podría ocasionarme la permanencia en esa cumbre. Se puede considerar que no tengo experiencia, ni he sido instruída previamente en cómo descender de mi Everest. De manera que, si ignoro la manera de bajar, ¿cabría la posibilidad de que permaneciese allá en lo alto para el resto de mis días?

Puede que no sea ése exactamente el desenlace de mi aventura, suponiendo que lleguen los refuerzos que yo misma solicité, y de los cuales recibí una respuesta, aunque no la que esperaba precisamente. Pero hay algo soprendente en esta historia, y es que el mismo compañero de ruta, que desde el principio me dejó subir sin preocupación, parece ser el dueño de aquella silueta que veo aproximándose, ascendiendo por la ladera.

lunes, 20 de octubre de 2008

Ella en una canción

Ahora dicen que hay muchos más universos, infinitos como el nuestro.
Dime si no es para volverse loco...¿No te sientes más pequeño?
Dos espejos fente a frente crearán: diez mil caras que observar.
Puede que alguno de ellos sea el real... Lo tendré que investigar.
Que empiece el viaje ya.
Infinita ingenuidad; ilusión centesimal. Me creía tan capaz en mi cápsula de albal.
Mi torpeza fue total; de tan grande es demencial. No detecto una señal.
Nunca encontraré el lugar donde el fin me entienda. Me perdí mi universo.
No volveré a hacerlo más; no he encontrado respuestas.
¿Y si no regreso jamás y este ruido no cesa?
Mundos que van a estallar si mi vida está puesta.
Yo ya no puedo hacer más; este mal siempre resta.
Yo ya no puedo a hacer más.

L.O.L. - UNIVERSOS INFINITOS

jueves, 9 de octubre de 2008

Complicarse la vida

Bienvenida seas al mar. Una extensión de agua salada sin caminos ni senderos; sin verdades o mentiras. Tú te las apañes.

Parece que ya se te había olvidado que los peces no hablan; aquí eliges tú. Llevas un gran tiempo revoloteando entre arrecifes de coral, a tus anchas y a las suyas, burbujeando inocentemente. Tanto, que has dejado atrás tus miedos de cara al gran blanco, que de vez en cuando se pasea por tus lugares más frecuentados en busca de tu energía. Ahora dices haber despertado un curioso sentimiento que te incita a conocer el fondo abisal. Debes tener en cuenta que es un lugar para muchos, desconocido y que puede conllevar cierto riesgo rasgar las aguas hasta llegar a él y asentarte ahí.

¿Un arrecife de corales vivos, plagado de estelas de tus vaivenes en el agua, o una zona oscura y rara, desconocida, pero atractiva?

Nada hacia donde la corriente te lleve. Busca tu lugar, tu refugio y revolotea como has hecho siempre. No hay pez, cangrejo o poliqueto que te vaya a impedir menear tus aletas, sea cual sea tu destino. Ahora bien, surca el mar con esta idea: te vamos a echar de menos aquí, en el reino de los colores.

Si allí te quieren mejor, disfruta, pero sé que querrás volver a visitarnos.

domingo, 5 de octubre de 2008


Con un asterisco en la palma de mi mano y unos cuantos Universos infinitos he pasado mi fin de semana. Brutales Maga y Love of Lesbian. Brutal estrés e incertidumbre, también. Qué se le va a hacer.

En el mismo suelo; si tú te mueves, yo también me muevo.
Espero que lo leas.




lunes, 15 de septiembre de 2008

Volvió a abrir la boca. Esta vez después de haber expuesto el contenido cifrado de su alma a un confesor que pintó bien desde el primer momento. Sus palabras desafiaron la gravedad escalando por su garganta, hasta rozar sus labios y disiparse en el aire. Era quizá lo más inteligente que había pronunciado en mucho tiempo. - Pero es que no sé vivir- dijo, y así lo oyó su confesor.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Dijo Pequeñez

Se llama Juan, y es un tío grande. Aunque quizá...extremadamente grande.

martes, 2 de septiembre de 2008

De mí un pandero

Me gusta comer con las manos, también cocinar para ti
Vestida con tus pantalones y la camiseta con la que dormí
Me gusta soñar con mis planes me gusta más que dormir
Tramándolos mientras descansas soñando en canciones que haré para ti
Me gusta colmar las palabras y hacerlas bailar para ti
Me gusta mirarlas danzando diciendo las cosas que me prometí
Si nunca me cierras la puerta harás lo que quieras de mí
Siempre que nunca me cambies por esa persona que algún día fui
Me gusta asomarme a la calle y ver a la gente pasar
Y siempre me gusta una siesta muy larga después de desayunar
Me gusta que estemos solos, prefiero que vengan aquí
Me encanta poner una excusa porque es imposible que yo pueda ir

La verdad, cuando es verdad, siempre duele

Y él dijo, mientras dejaba tras de sí la puerta y la sombra del silencio: ¡Aprende a ser feliz!

jueves, 31 de julio de 2008

Autoanálisis estival

- Pasando de blanco a negro en 3 segundos

- Rendida ante el intento de la reducción del salitre sobre el espejo del alma

- Llenando de borrones los cálculos imaginarios

- Tratando de sanar la avería en la balanza que pesa los que valen y los que no

- Los jueces encargados de dar el veredicto a los pensamientos: de baja por depresión y vacaciones

- Parcialmente ansiosa por encontrar días con 27 horas, y ya puestos, tréboles de 7 hojas

- Pendiente del inconsciente más que nunca

- Emprendiendo la búsqueda de la diferencia entre querer y no querer (sólo la diferencia inapreciable)

- Invirtiendo el tiempo en procesos de levantamientos de piedras, por si acaso se me perdió algo debajo de ellas

- Experimentando principios de independencia GENERALIZADA (que no independencia a secas)

- Sufriendo veranación (que no hibernación)

- Quique Gonzaleceando y Magagueando

- Llevando a cabo, también, un proyecto construcción de rejilla en el muro que separa complejos de realidades

lunes, 14 de julio de 2008

Mercadillo mental

Parece que hemos llegado a tiempos de crisis: crisis económica a nivel mundial, crisis en las parejas y crisis personal.

‘I always cry on endings’, traducido como ‘Siempre lloro cuando las cosas llegan a su fin’, es lo que dijeron Belle and Sebastian en una canción que hoy ha sonado en mi iPod. Este día en la que una vez más le doy la bienvenida al desconcierto. Sé que no me siento bien y me asusta no saber por qué. La verdad es que me asusta pensar que las cosas vayan a terminarse y lloro de anticipo minutos antes de que empiece a colapsar mi mente con preguntas y posibles soluciones a los problemas que se acontecen. Es en estos momentos cuando empiezas a echar mano de los mitos populares, véase el que dice ‘Nada es para siempre’, pero después de unas cuantas meditaciones creo haber llegado a la conclusión de que sólo están ahí para proporcionar falsas curaciones a tu mercadillo mental.

Suelen decir, aunque prefiero creer que no es un mito, algo como que llega un punto en tu vida de pareja que llegas a confundir el amor con el cariño, lo duro es el salir de dudas. Llevas un tiempo con tu pareja y te acostumbras a estar a su lado, haces de ella de tu vida, y se convierte en la única persona que te da las buenas noches todos los días. Pero, ¿la quieres? o ¿la necesitas?

Bien. Duda, no, archiduda.

sábado, 7 de junio de 2008

Sin Sobresaltos

Han vuelto las oscuras golondrinas y no me han pillado desprevenida. Sabía que tarde o temprano la situación iría a repetirse, volverían a aflorar mis miedos y me haría aún más pequeña dentro de mi caparazón.

Tremendo vacío. Ha venido para quedarse un ratito esposado a mí. Lo cierto es que dicen que no viene si no lo llamas, pero dudo haberlo encontrado y rogado compañía. La sensación me llena y mis ansias de ir vagando por la vida a mis anchas van menguando conforme empequeñezco. Parece como si esta vez, mi cabezonería y mi autonomía hubiesen actuado de tremendos megáfonos provocando la llegada de un desconocido bastante predecible.

Las esperanzas de sentirme entera plenamente disminuyen cada vez. Paso a ser una cosa boba que no hace más que lamentarse en vano, pues el futuro es un vacío y ya está escrito en los archivos de mi destino. Esta vez no necesito que nadie interprete mi mente o mis palabras. Mis miedos afloran de cara al mundo y mi envoltura se vuelve más invisible.

Solamente hay un pilar que me sostiene, yo misma, y así me lo he ganado, pero la angustia y el miedo de que un día se agriete y caiga todo mi ser, condiciona mi día a día. Mi sonrisa se disipa en un mar que creo todos los días y las ganas son meros restos del naufragio que una vez surcó los mares de mi mente.

domingo, 1 de junio de 2008

Perfectamente perfecto

Paraíso, es lo que dibujas con el aire que dejas caer de tu ser cuando estoy a tu lado. Un ciento de sentimientos profundos muestran la belleza que les es reflejada por la cosa más bella del mundo.

Eternidad, es lo que tanto aparece en la imaginación de esta enamorada cuando goza del privilegio de tener apresado al cielo en sus brazos.

Remando a favor de la sangre del corazón, voy pescando las razones por las cuales compraría la inmortalidad, y así sentir latir de por vida el corazón, al ritmo marcado por la inocente felicidad y el placer que me brinda cada día tu presencia.

Fiel a la dictadura de mi alma, sueño, vivo y pienso, pensando en ti en cada momento, viviendo contigo esta vida intensa y soñando con estar siempre a tu lado.

Emprendido ya el camino y viendo al tiempo envejecer de la manera más idílica, van apareciendo las tardes de deleite, que son cuando veo el anochecer en el brillo de tus ojos.

Corazón de mi persona perdido en tus adentros, razón de mi conciencia encantada por tus besos…y es que ya no queda parte de mí libre de tu hechizo.

Todo el tiempo en nuestras manos nos dota de las alas que nos permitirán ausentarnos del mundo por un instante, haciendo del viaje una experiencia y de la experiencia un momento digno de ser repetido.

Oso a decir que tú eres el sueño inalcanzable alcanzado por una soñadora que, sin merecerlo ni meditarlo, ha encontrado la manera de hacer que su locura te ame sin pausa en el día que hoy nos corresponde.

Es así

Sientes que vuelas. Levitas por encima de las ideas racionales y entra en tus oídos una melodía equilibrada, pausada, que marca el tiempo desde dentro de tu cuerpo. Ríes, solo por el cosquilleo de la sangre cuando fluye por las venas, con una sonrisa perpetua y coqueta. Tus sentimientos no tardan retratar una sensación. Es ideal, bello y desconocido, que mueve los hilos de tu vida. Crees estar cambiando, nada explica lo que ocurre, pero te gusta.

Sigues sentado en una esquina del mundo, mirando a un horizonte dulce y anaranjado, cuando tus mejillas deciden deslumbrar con un tono bermejo y te empujan a aferrarte a esa sensación que te conmueve. Tus hombros se encogen, tu vello se eriza, y tú suspiras. Un suspiro ligero, efímero, que se pierde en la inmensidad de la luz que te rodea, pero que te transporta sin moverte del sitio a un lugar algo más cerca del Sol. Y bien, no entiendes nada. No ves mas allá de una luz infinita, cuando a lo lejos aparece un camino hacia un destino incierto…Suavemente, inesperadamente, irracionalmente te dejas arrastrar por esa curiosidad indefinida que te acaba de envolver. Estas a punto tomar un camino abierto hacia un manto de estrellas y luna. Y lentamente te detienes. Te ves recogiendo aquella razón desperdigada por tu mente. Pero no, dispersa estaba bien. Y sin el más mínimo retardo, el mismo camino que te cautivo se disipa al alcance de tus ojos.

Llegas de nuevo a tu lugar, a ese espacio que se ha creado infinito para ti. Solo tú puedes disfrutarlo. ¿No es maravilloso? La respuesta no se oye, no se pinta ni se esculpe… Se respira. Sientes ese aire en tu interior y te hace vivir. Y es que dentro de tu cuerpo tienes tantas cosas…

Aun no sabes lo que ocurre. El mundo rota bajo tus pies, las olas rompen todo mal y te sientes perfecto. Intentas pronunciar un por qué. Analizas cada cavidad, cada curvatura, cada cualidad de los sentimientos que inundan todo lo que eres…Pero tu conciencia decide privarte de tan concreta y confidencial información.

Finalmente decides agitar tus alas, haciendo volar todo lo que sientes y seguir ahí, sentado en esa esquina del mundo reservada solo para ti. No pierdes la sonrisa, ni el carmín de tus mejillas, ni el rubor.

Y es que aún no eres consciente de que estás enamorado.

martes, 27 de mayo de 2008

Por la borda

Mi manera de vivir me ha dejado tirada en el arcén, mientras todos tiran de sus vidas como pueden. Nunca pude, no supe, no quise destacar, lo hice mal, fracasé…y los demás podían, sabían y triunfaron. El error de no haberme sumado a su equipo me apartó del camino. Siempre me quejé de que mis senderos andaban llenos de pésimos pozos, infinitos socavones y algún que otro Everest, aun habiéndome cruzado con aquéllos que trataban de desquijotizarme y hacerme miembro de su equipo. Mi mente nunca cedió y viví inmersa en la soledad de mi propio mundo de imaginarias irregularidades. Lo curioso es que aquí sigo, de la misma manera, aunque sin avanzar hacia el destino que me corresponde. Anclada en uno de los arcenes del camino de uno de los Everest que me encontré mientras vivía, pero maldiciendo la hora en la que mi mundo imaginario pasó a la realidad. Ahora los socavones son soledades; los Everest, depresiones; y los pésimos pozos, grietas en el autocontrol, la autoestima y, aunque escondidas a más no poder, en la autosuficiencia.

Erguida como un pino y robusta como un roble, me creo la reina de mi cuerpo y el único motor que existe en él. Hago, deshago, creo y destruyo a mi libre elección, y de cara al mundo, para que se cerciore de mi independencia y mis ganas. El mundo se asombra y queda boquiabierto al notarme, sin dudar lo más mínimo de mi entereza. Por dentro cambian las cosas. Sólo soy resina y hojarasca, esperando a un no se qué que pueda devolverlas a la naturaleza, conformando el caballero del bosque que fueron.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito