domingo, 27 de septiembre de 2009

Todavía no ha encontrado el cubo de los lápices y los bolis. Ni siquiera queda el rastro permanente de algún Edding a punto de secarse, o de algún rotulador de color que hubiese quedado vivo tras haberse restregado felizmente sobre papeles algunos meses atrás.
La arena del desierto se parece a su cabeza, y Ella es como un cáctus que, a veces, es más espejismo que cáctus en sí. Un objeto verde con pinchos, en ocasiones pincha y otras resulta ser abierto en canal por Black&Deckers' que, inexplicablemente, habitan entre las dunas. Así es la vida desértica.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito