sábado, 6 de noviembre de 2010

Cara B


La desinventa. Mientras el tiempo salta unos cuantos siglos.
Les susurran los colores, y el gris de mezclar las acuarelas se reordena en todo el espectro. Empiezan a garabatear árboles, montes, cielos y horizontes, en los que se pierden. Después de la tormenta, se reencuentran y encuentran el sentimiento común de sentir la savia como la sangre; la pureza como lo propio.
Y viene el frescor que estalla su piel y los desintegra, haciéndoles responsables de la formación de una nueva masa infinita en el cosmos. Nueva para el momento, pero sabida en el pasado por ser su origen. Todo apunta a un rediseño. La fuerza busca hacer de Ellos una nueva molécula más estable, más longeva. No harán otra cosa sino saborear la explosión y degustar cada paso de la síntesis, de comienzo oscuro y compendio de colores en el fin.

El tiempo los ha rebobinado. Ésta, ahora, es la cara B.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito