sábado, 7 de junio de 2008

Sin Sobresaltos

Han vuelto las oscuras golondrinas y no me han pillado desprevenida. Sabía que tarde o temprano la situación iría a repetirse, volverían a aflorar mis miedos y me haría aún más pequeña dentro de mi caparazón.

Tremendo vacío. Ha venido para quedarse un ratito esposado a mí. Lo cierto es que dicen que no viene si no lo llamas, pero dudo haberlo encontrado y rogado compañía. La sensación me llena y mis ansias de ir vagando por la vida a mis anchas van menguando conforme empequeñezco. Parece como si esta vez, mi cabezonería y mi autonomía hubiesen actuado de tremendos megáfonos provocando la llegada de un desconocido bastante predecible.

Las esperanzas de sentirme entera plenamente disminuyen cada vez. Paso a ser una cosa boba que no hace más que lamentarse en vano, pues el futuro es un vacío y ya está escrito en los archivos de mi destino. Esta vez no necesito que nadie interprete mi mente o mis palabras. Mis miedos afloran de cara al mundo y mi envoltura se vuelve más invisible.

Solamente hay un pilar que me sostiene, yo misma, y así me lo he ganado, pero la angustia y el miedo de que un día se agriete y caiga todo mi ser, condiciona mi día a día. Mi sonrisa se disipa en un mar que creo todos los días y las ganas son meros restos del naufragio que una vez surcó los mares de mi mente.

domingo, 1 de junio de 2008

Perfectamente perfecto

Paraíso, es lo que dibujas con el aire que dejas caer de tu ser cuando estoy a tu lado. Un ciento de sentimientos profundos muestran la belleza que les es reflejada por la cosa más bella del mundo.

Eternidad, es lo que tanto aparece en la imaginación de esta enamorada cuando goza del privilegio de tener apresado al cielo en sus brazos.

Remando a favor de la sangre del corazón, voy pescando las razones por las cuales compraría la inmortalidad, y así sentir latir de por vida el corazón, al ritmo marcado por la inocente felicidad y el placer que me brinda cada día tu presencia.

Fiel a la dictadura de mi alma, sueño, vivo y pienso, pensando en ti en cada momento, viviendo contigo esta vida intensa y soñando con estar siempre a tu lado.

Emprendido ya el camino y viendo al tiempo envejecer de la manera más idílica, van apareciendo las tardes de deleite, que son cuando veo el anochecer en el brillo de tus ojos.

Corazón de mi persona perdido en tus adentros, razón de mi conciencia encantada por tus besos…y es que ya no queda parte de mí libre de tu hechizo.

Todo el tiempo en nuestras manos nos dota de las alas que nos permitirán ausentarnos del mundo por un instante, haciendo del viaje una experiencia y de la experiencia un momento digno de ser repetido.

Oso a decir que tú eres el sueño inalcanzable alcanzado por una soñadora que, sin merecerlo ni meditarlo, ha encontrado la manera de hacer que su locura te ame sin pausa en el día que hoy nos corresponde.

Es así

Sientes que vuelas. Levitas por encima de las ideas racionales y entra en tus oídos una melodía equilibrada, pausada, que marca el tiempo desde dentro de tu cuerpo. Ríes, solo por el cosquilleo de la sangre cuando fluye por las venas, con una sonrisa perpetua y coqueta. Tus sentimientos no tardan retratar una sensación. Es ideal, bello y desconocido, que mueve los hilos de tu vida. Crees estar cambiando, nada explica lo que ocurre, pero te gusta.

Sigues sentado en una esquina del mundo, mirando a un horizonte dulce y anaranjado, cuando tus mejillas deciden deslumbrar con un tono bermejo y te empujan a aferrarte a esa sensación que te conmueve. Tus hombros se encogen, tu vello se eriza, y tú suspiras. Un suspiro ligero, efímero, que se pierde en la inmensidad de la luz que te rodea, pero que te transporta sin moverte del sitio a un lugar algo más cerca del Sol. Y bien, no entiendes nada. No ves mas allá de una luz infinita, cuando a lo lejos aparece un camino hacia un destino incierto…Suavemente, inesperadamente, irracionalmente te dejas arrastrar por esa curiosidad indefinida que te acaba de envolver. Estas a punto tomar un camino abierto hacia un manto de estrellas y luna. Y lentamente te detienes. Te ves recogiendo aquella razón desperdigada por tu mente. Pero no, dispersa estaba bien. Y sin el más mínimo retardo, el mismo camino que te cautivo se disipa al alcance de tus ojos.

Llegas de nuevo a tu lugar, a ese espacio que se ha creado infinito para ti. Solo tú puedes disfrutarlo. ¿No es maravilloso? La respuesta no se oye, no se pinta ni se esculpe… Se respira. Sientes ese aire en tu interior y te hace vivir. Y es que dentro de tu cuerpo tienes tantas cosas…

Aun no sabes lo que ocurre. El mundo rota bajo tus pies, las olas rompen todo mal y te sientes perfecto. Intentas pronunciar un por qué. Analizas cada cavidad, cada curvatura, cada cualidad de los sentimientos que inundan todo lo que eres…Pero tu conciencia decide privarte de tan concreta y confidencial información.

Finalmente decides agitar tus alas, haciendo volar todo lo que sientes y seguir ahí, sentado en esa esquina del mundo reservada solo para ti. No pierdes la sonrisa, ni el carmín de tus mejillas, ni el rubor.

Y es que aún no eres consciente de que estás enamorado.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito