sábado, 6 de noviembre de 2010

Cara B


La desinventa. Mientras el tiempo salta unos cuantos siglos.
Les susurran los colores, y el gris de mezclar las acuarelas se reordena en todo el espectro. Empiezan a garabatear árboles, montes, cielos y horizontes, en los que se pierden. Después de la tormenta, se reencuentran y encuentran el sentimiento común de sentir la savia como la sangre; la pureza como lo propio.
Y viene el frescor que estalla su piel y los desintegra, haciéndoles responsables de la formación de una nueva masa infinita en el cosmos. Nueva para el momento, pero sabida en el pasado por ser su origen. Todo apunta a un rediseño. La fuerza busca hacer de Ellos una nueva molécula más estable, más longeva. No harán otra cosa sino saborear la explosión y degustar cada paso de la síntesis, de comienzo oscuro y compendio de colores en el fin.

El tiempo los ha rebobinado. Ésta, ahora, es la cara B.

miércoles, 28 de julio de 2010

Migrada

Su nueva pecera es fenomenal, pero estas aguas han sembrado un nuevo infinito en su existencia.
El pez aún está mudo.

martes, 8 de junio de 2010

Pre-migración. Palpitaciones aceleradas


Aún no se cree que en dos semanas migre a su nuevo espacio de dimensiones reducidas. Metiendo en cajas algún que otro disgusto familiar e intentando silenciar los gritos en el cielo, intenta poner cordura a todas las pertenencias desbocadas que ya se agolpan frente a la puerta de los armarios con ánimo de hacer un doble flip hacia los vehículos que los llevarán al viaje definitivo.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Diecinueve


Volverán a Lesseps.
Seguirán siendo infinitos.
Hacen música con los dedos y crean melodías infinitas con celestas biológicas residentes en la piel que es siempre inoportuna. Saltan de poro en poro. Se sumergen por los vasos, recorren al unísono el cuerpo del que está mirándoles a los ojos justo en frente, soplan un aire fresco en el corazón y hacen que éste se acomode en los vértices del tiempo circundante. Un bombeo aterciopelado empuja a cada uno a seguir recorriendo cada músculo y órgano. El organismo entra en un profundo orden cósmico y entonces, el silencio.
Como ciempiés voladores recorren el cielo, la ciudad y el universo, con un constante aleteo de patas causado por la absolta interconexión espacio-temporal. La nana de la Vía Láctea se tatúa en el viaje en el que sus párpados duermen sobre los asteroides. El silencio se ha ido a dar el beso de las buenas noches al Sol, y descansan juntos en la misma cama galáctica. Ellos, sin embargo, en un estado medio entre el sueño y la lucidez, siguen surcando cada mar infinito que puebla el cosmos.
El motor biológico repica a velocidades negativas. Sus líquidos internos comienzan a copiar las olas del océano, capturando así toda la naturaleza durmiente entre sus pies y cabezas, produciendo un murmullo de agua que se escapa de sus bocas y marca el tempo de la nana cósmica que aún sonante se mantiene.
Es el principio ilógico de la interconexión infinita que existe entre los músicos, que son tal cuando se sienten.

domingo, 21 de marzo de 2010

De lo que hay y lo necesario


Le haría una casita en sus costillas, en su pelo o en sus biomoléculas orgánicas.
Ella anda en busca de empresas infinitas junto al músico, como respirar un aire desgastado en una habitación que huele a sexo y a vida cotidiana, o acariciar cualquier minino que se ofrezca para ser querido y besuqueado hasta la saciedad.
Sería genial salir de los cajones donde están metidos, balancearse y engancharse, uno por uno, a los tiradores que los lleven a su papelera de oficina particular. Como los papeles, se ensuciarían y se reciclarían y se mezclarían entre sí.
No necesitan facturarse el futuro. Ya saben compartir la grasa del pelo. Ya se han quitado los granos y blasfemado en el transcurso de los hechos. Se han encontrado en el núcleo de la tierra cuando tan solo bastaba con que uno desease que ésta se lo tragara. Y hasta se han encontrado en Argüelles, cuando en Moncloa se miraban maldiciendo la torpeza mental a través de un cristal que huele a túneles.
Hacen falta muy pocos metros cuadrados del suelo del mundo para que sigan versionando canciones con barbaridades que si bien hacen gracia, les hacen recordar quiénes fueron y que van a la misma cama, a saborear todos los movimientos terrestres de los próximos infinitos años.

miércoles, 17 de febrero de 2010

f2


Felizmente postrada en una cama que apesta a día a día, perdiendo el tiempo y la sonrisa con quehaceres absurdos, deja durmiendo a los folios; papeles impresos y escritos en los que había confiado su futuro, y que ahora se pasean de punta a punta de Madrid como el que se agacha a tocarse el dedo del pie, a la pata coja y vestido de conejo Duracell.

Con los brazos cruzados, a las 9 y media de la mañana cada día, se incorpora para ver un nuevo episodio de una comedia absurda, dándose cuenta de que esta programación, que es su vida, si la pusiesen a la hora de la siesta un sábado, los seres humanos empezarían a hibernar. Ya no sabe si parar sus relojes para carcajear infinitamente de la situación, o seguir sientiendo a la incertidumbre y la duda como motor inmóvil de su organismo.

El movimiento del calendario es tan monótono y falto sugerencias para el futuro, que para darle acción a los meses ha decidido aprender a jugar al Buscaminas. Este juego suple su necesidad de un casillero con multitud de casillas, en las que, mediante la lógica y la memoria, pueda ir haciendo click, hasta que, una vez empleado el esfuerzo pertinente para esquivar todos los obstáculos, consiga llegar a su objetivo de vida. Es más, no considera un problema verse obligada teclear f2 y volver a empezar de nuevo, siempre y cuando lo que le vaya a matar en el siguiente juego no sea la desinformación, y el juego eclipse de su sistema operativo.

domingo, 3 de enero de 2010

De mitades irremediables


Aparcando en doble fila el deseo de recabar los párrafos invisibles de su pasado, hoy vuelve a la carga con una nueva misión: intentar encontrar lo que le falta al presente.
'Una buena dosis de esencia', piensa mientras escribe haciendo alarde de su mediocridad y sus pulmones se hacen del tamaño de dos pistachos podridos.
Ella se encuentra tan infinitamente timoneada por medios timoneles, que respira a medias cuando piensa a medias sobre su media vida y otras mierdas. Es como si media Sandra se hubiese dormido, y a la otra media medio mundo la empezara a resbalar por la queratina de su piel hasta derramarse por las alcantarillas y descomponerse en un humus tóxico para el entorno.
En ese medio mundo que se desliza lentamente se encuentra disuelto todo lo puramente onírico que había en Ella, incluyendo todo el sudor que había invertido en que parte de ese contenido onírico se tornase en algo eficazmente palpable, visible y descriptible a tiempo real.
El sentimiento de desaparición de su medio Ella se ha manifestado claro pero el pavor al ver que la situación domina sus actos corta sus tendones de Aquiles al ir a ponerse en pie para buscar una gruesa gomaespuma de esencia que la haga una persona completa a tiempo presente.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito