domingo, 21 de marzo de 2010

De lo que hay y lo necesario


Le haría una casita en sus costillas, en su pelo o en sus biomoléculas orgánicas.
Ella anda en busca de empresas infinitas junto al músico, como respirar un aire desgastado en una habitación que huele a sexo y a vida cotidiana, o acariciar cualquier minino que se ofrezca para ser querido y besuqueado hasta la saciedad.
Sería genial salir de los cajones donde están metidos, balancearse y engancharse, uno por uno, a los tiradores que los lleven a su papelera de oficina particular. Como los papeles, se ensuciarían y se reciclarían y se mezclarían entre sí.
No necesitan facturarse el futuro. Ya saben compartir la grasa del pelo. Ya se han quitado los granos y blasfemado en el transcurso de los hechos. Se han encontrado en el núcleo de la tierra cuando tan solo bastaba con que uno desease que ésta se lo tragara. Y hasta se han encontrado en Argüelles, cuando en Moncloa se miraban maldiciendo la torpeza mental a través de un cristal que huele a túneles.
Hacen falta muy pocos metros cuadrados del suelo del mundo para que sigan versionando canciones con barbaridades que si bien hacen gracia, les hacen recordar quiénes fueron y que van a la misma cama, a saborear todos los movimientos terrestres de los próximos infinitos años.

4 Comments:

Anónimo said...

Muy bonito el escrito

Óscar Sejas said...

A veces, lo más cotidiano, es lo que más se echa en falta cuando se pierde.

Si versionar una canción con barbaridades es un pecado, que me encierren ya en el infierno. Si recordar lo que fuimos también lo es, me declaro culpable.

Tampoco me arrepiento de que todo esto me transporte a la misma cama, aunque seguramente hace tiempo que dejé de habitarla en favor de otra persona.

Que me quiten lo bailado...

Buen texto Sandra.

Un abrazo.

Luna Roi said...

Tu texto me excita porque me marcho con el a la adolescencia que nunca tuve y sólo soñé. Empresas infinitas, olor a sexo en la habitación, unos pocos metros cuadrados del suelo del mundo... Y me recuerda a mi amiga, que ha puesto a su músico con las notas en la calle porque las versiones que él hacía de la vida sí que eran barbaridades. (Adri, cariño, te echo de menos)

Luna

laconcienciadebaco said...

a seguir saboreando la vida poquito a poquito...

bonito texto

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito