jueves, 31 de julio de 2008

Autoanálisis estival

- Pasando de blanco a negro en 3 segundos

- Rendida ante el intento de la reducción del salitre sobre el espejo del alma

- Llenando de borrones los cálculos imaginarios

- Tratando de sanar la avería en la balanza que pesa los que valen y los que no

- Los jueces encargados de dar el veredicto a los pensamientos: de baja por depresión y vacaciones

- Parcialmente ansiosa por encontrar días con 27 horas, y ya puestos, tréboles de 7 hojas

- Pendiente del inconsciente más que nunca

- Emprendiendo la búsqueda de la diferencia entre querer y no querer (sólo la diferencia inapreciable)

- Invirtiendo el tiempo en procesos de levantamientos de piedras, por si acaso se me perdió algo debajo de ellas

- Experimentando principios de independencia GENERALIZADA (que no independencia a secas)

- Sufriendo veranación (que no hibernación)

- Quique Gonzaleceando y Magagueando

- Llevando a cabo, también, un proyecto construcción de rejilla en el muro que separa complejos de realidades

lunes, 14 de julio de 2008

Mercadillo mental

Parece que hemos llegado a tiempos de crisis: crisis económica a nivel mundial, crisis en las parejas y crisis personal.

‘I always cry on endings’, traducido como ‘Siempre lloro cuando las cosas llegan a su fin’, es lo que dijeron Belle and Sebastian en una canción que hoy ha sonado en mi iPod. Este día en la que una vez más le doy la bienvenida al desconcierto. Sé que no me siento bien y me asusta no saber por qué. La verdad es que me asusta pensar que las cosas vayan a terminarse y lloro de anticipo minutos antes de que empiece a colapsar mi mente con preguntas y posibles soluciones a los problemas que se acontecen. Es en estos momentos cuando empiezas a echar mano de los mitos populares, véase el que dice ‘Nada es para siempre’, pero después de unas cuantas meditaciones creo haber llegado a la conclusión de que sólo están ahí para proporcionar falsas curaciones a tu mercadillo mental.

Suelen decir, aunque prefiero creer que no es un mito, algo como que llega un punto en tu vida de pareja que llegas a confundir el amor con el cariño, lo duro es el salir de dudas. Llevas un tiempo con tu pareja y te acostumbras a estar a su lado, haces de ella de tu vida, y se convierte en la única persona que te da las buenas noches todos los días. Pero, ¿la quieres? o ¿la necesitas?

Bien. Duda, no, archiduda.

Estrellas que regalan su tiempo al Infinito