Tus manos acariciando el blanco incesante
De unas teclas que van a morir
En segundos que se me antojan dispares.
Tú sonríes deslumbrando mis retinas.
Cuando me desgarra tu pulso,
Y me llenas de corazón y me vacías de vida
Levitan los recuerdos en nubes de un sillón.
El salitre rojo y gris bajo la nada
Amordazando con el todo a la llenazón.
Siete minutos y cuatro raíles después,
Las palabras como estacas
Dando besos de tornillo a mis traspiés.
Con una mano estúpida en la seguridad
Y un ciento en la torpeza;
Siendo un gramo de sal en pleno mar,
Me quiebro, dejando los pedazos absurdos
En un suelo más que insuficiente,
Que es vacío si borras de tu cara mi mundo.
Los pulmones estallando en ahogos floreados,
Las entrañas como peces sin un agua,
Cuando te cuelgas de mis brazos mutilados
No me mire, no me clave las pupilas en la sangre.
No le beso, no le incrusto la boca en la esperanza.
Yo me pierdo, yo me escondo en algún lugar de mi desastre.
domingo, 1 de marzo de 2009
Pedazos esparcidos
Agradece su tiempo, Pez. . a las 09:55
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
2 Comments:
Pero qué bien que escribe esta chica, por dios!!! Qué maravilla, ya nos gustaría a más de una.
Muy lindo lo tuyo...me dejaste pensando...
gracias por pasar...
besos, Maga.
Post a Comment